William Shakespeare Ser o no ser...



"El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos"
Terminado el siglo XVI, Inglaterra y España se han apropiado ya del modelo renacentista italiano y tras el reacomodamiento de la propia cultura popular, en el cruce con el gusto por lo caballeresco de los nuevos nobles, Shakespeare y Cervantes atestiguan el advenimiento de la duda. La frontera entre lo real y lo aparente se diluye, y el teatro y la novela se instalan, La representación del mundo en ese borde es apto para mezclas de estilos y de voces.En el marco del apogeo económico y de los conflictos sociales del reinado de Isabel, se resignifica el teatro popular y se consolida un nuevo género, el drama isabelino, del que Shakespeare es uno de los principales autores.A su vez, Cervantes,en el comienzo de la decadencia del poderío español, reelabora en el Quijote los principales modelos narrativos: es el anuncio de la novela moderna.

Shakespeare y su teatro
Inglaterra está condicionada por su insularidad con respecto a Europa, pero en esta época consolida su conciencia nacional, en parte gracias a su ruptura con Roma y la formación de la Iglesia de Inglaterra.También está avanzando en su conversión en potencia europea que la llevará a la hegemonía europea en el siglo XVIII; hay un aumento del bienestar social en un país de propietarios y de cultura urbana y mercantilista (Londres es una gran ciudad). También va a ser el país que lleve a cabo la primera revolución moderna, con guerra civil incluida y con luchas religiosas.
A finales del siglo XVI, el teatro adquiere en Inglaterra su forma moderna, a lo largo de un proceso muy parecido al del coetáneo teatro barroco español. Anteriormente, no había más que tres modalidades dramáticas:· Teatro religioso, de carácter moralista y alegórico.· Teatro culto a imitación de los clásicos. · Compañías itinerantes, que representaban piezas cómicas.Gracias a la protección de algunos nobles, surgen los primeros locales urbanos establesy el teatro se convierte en un espectáculo de masas, que gustaba a todas las clases sociales.El teatro isabelino (1558-1625) es una denominación que se refiere a las obras dramáticas escritas e interpretadas durante el reinado de Isabel I de Inglaterra (reina desde 1558 hasta 1603),Shakespeare debe ser enmarcado en el contexto del teatro isabelino que abarca las dos últimas décadas del siglo XVI hasta mediados del XVII (aunque Isabel I muere en 1603, Shakespeare en 1616 y Jacobo I es ajusticiado en 1625) con la clausura de los teatros en 1642 por la guerra civil y la Influencia puritana)En esta época se asienta socialmente la profesión de actor, con protección de la Corte, si bien habrá siempre disputas con las tendencias puritanas, representadas por el concejo londinense, lo que obliga a sacar de la urbe los teatros y llevarlos a zonas de costumbres más licenciosas. Recordemos que las mujeres no podían ser actrices y que los papeles masculinos están representados por jóvenes varones. Hay un gran número de compañias teatrales bajo el patrocinio de personajes socialmente relevantes (como The Lord Chamberlain’s Men, The Almiral’s Men o The King’s Men), hay muchos lugares (los numerosos Public Theatre), y también muchos espectadores, de diferente clase social, pues todo el que puede pagar accede al local y tiene derecho a expresar su opinión y ubicarse en el lugar que le corresponda según su pago.La organización de la escena es sencilla, con escasos.La escenografía era casi desconocida, de modo que la acción podía paras de un sitio a otro sin interrupciones; a fin de que el público pudieses acudir a su propia fantasía para evocar el lugar en que transcurrían los sucesos, con frecuencia los personajes describían oralmente el imaginario ámbito en que se hallaban. El escenario carecía de telón, y como las sangrientas anécdotas a menudo concluían diseminado sobre el tablado abundancia de “cadáveres”, para evitar el efecto ridículo de una “resurrección” general que permitiera retirarse de escena a los actores fingidamente “muertos”, se procedía a sacarlos con gran boato en solemne procesión fúnebre, como sucede al final de Hamlet.
La práctica isabelina excluía de las representaciones a las actrices; por consiguientes era asignados intérpretes masculinos; a decir verdad, desde 1583 se suceden en Inglaterra esporádicos indicios e imprecisas noticias acerca de la presencia probable o efectiva de mujeres en el ejercicios histriónico, pero su aparición oficial, data del 8 de diciembre de 166n día en que se presentó Otelo de Shakespeare, con la advertencia de “introducir la primera mujer que llega a desempeñarse en el tablado, como partícipe de la tragedia El Moro de Venecia”.
La mayoría de las piezas teatrales se escribía en verso;era frecuente alternar verso y prosa, a fin de reservar esta última para los parlamentos de personajes cómicos o rústicos y para los pasajes de menor intensidad poética.En un momento indeterminado, hace su ingreso William Shakespeare. Su obra señala el máximo esplendor de la escena isabelina; además, junto con la producción de Ben Jonson, constituye el puente entre los dramaturgos tempranos y tardíos del período.
Las representaciones tenían lugar en los nuevos locales abiertos para los espectáculos teatrales. A finales de siglo XVI Londres poseía al menos ocho teatros, lo que indica la popularidad del teatro.
· Los teatros eran edificios circulares o hexagonales, con una platea descubierta y rodeada de galerías.
· Las piezas teatrales se representaban a primera hora de la tarde para aprovechar la luz del sol.
· El escenario tenía dos niveles y la escenografía era muy pobre: casi todo corría a cargo de la palabra en escena y a la imaginación del público. El vestuario, sin embargo, era más elaborado.
· El público, en función de lo que había pagado, se sentaba en las galerías o veía la obra de pie en el patio.
· Los personajes femeninos eran representados por hombres.
· Más adelante surgió también un teatro cortesano que se representaba en locales cubiertos, anterior al cierre de los teatros de 1642, como consecuencia de la presión puritana y en vísperas de la guerra civil.
El nuevo tipo de espectáculo y de público exige nuevas formas teatrales; será William Shakespeare quien haga una reforma más profunda y de mayor calidad del teatro. Entre los autores anteriores a él podemos destacar a:Thomas Kyd (1558-1594)Christopher Marlowe (1564-1593)Ben Jonson (1572-1637).
William Shakespeare, el mayor de los dramaturgos isabelinos, hereda del teatro inglés el genio irónico y burlón que no
podrá dominar ni siquiera en las tragedias más patéticas.A la inversa, el suspense, la tensión dramática, la reflexión profunda sobre la condición del hombre y la existencia no están nunca ausentes de sus comedias.
“Todo el mundo es teatro. Y en él son histriones todos los hombres y todas las mujeres; sus entradas y salidas tienen lugar en escena,cada cual interpretando distintos papeles en la vida, que es un drama en siete actos. Está primero el recién nacido que maúlla y devuelve la leche encima de su ama de cría...”Esta cita puede servirnos igualmente para la comprensión del lenguaje dramático que Shakespeare pone en boca de sus personajes. Se trata de un lenguaje de estilos diversos entremezclados. A comparaciones y metáforas de tono elevado pueden seguir imágenes de la vida más doméstica y corriente. Esta mezcla de estilos no es privativa de la comedia, como podría pensarse. Está también presente en sus tragedias y dramas históricos. Shakespeare, tenía la capacidad de crear un mundo imaginario autónomo cuyos personajes son caracteres verosímiles, en la medida en que se asemejan a seres vivientes, intrincados, contradictorios y profundamente orgánicos, con los cual parece desvanecerse la presencia del artista que los ha configurado; asimismo, cabe destacar la variedad que se pone en evidencia en el manejo conjunto de los diversos géneros dramáticos y de sus múltiples gradaciones intermedias, en manifiesta oposición a la tesis aristotélica de que los autores generalmente practican ya la tragedia ya la comedia, pero casi nunca ambas especies.
























































Comentarios

  1. Ser o no ser, esa es la cuestión.
    Nadie va a bajar del trono a Shakespeare.

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